Hernia Discal Síntomas: Guía Completa Para Reconocer y Entenderlos

¿Dolor que se irradia desde la espalda a las extremidades? Ese podría ser el signo revelador de una hernia discal. Este artículo detalla los síntomas clave para que puedas identificar si lo que sientes está vinculado con esta condición común y dolorosa. Descubrirás desde el dolor característico y la debilidad muscular hasta la sensación de hormigueo. ¡Todos aspectos importantes a considerar en la hernia discal están desarrollados aquí!
Una contribución de James Birdseye

Tabla de contenidos

Puntos Clave


 

    • La hernia discal se caracteriza generalmente por síntomas de dolor que se irradia hacia las extremidades, debilidad muscular y pérdida de sensibilidad o hormigueo, dependiendo de la ubicación de la hernia en la columna vertebral.

    • Los factores de riesgo para la hernia discal incluyen el envejecimiento y la degeneración discal, el sobrepeso, esfuerzos físicos o lesiones, el hábito de fumar y la predisposición genética, los cuales pueden influir en la integridad de los discos intervertebrales.

    • Si bien muchos casos de hernia discal pueden tratarse con medidas conservadoras como medicamentos, fisioterapia y cambios en el estilo de vida, en situaciones que involucren síntomas severos o específicos se puede requerir cirugía.

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      Datos de Interés

      Según la Organización Mundial de la Salud (OMS), se estima que al menos un 80% de la población mundial experimentará dolor de espalda en algún momento de su vida, con la hernia discal siendo una de las principales causas. Las probabilidades de desarrollar hernia discal varían, pero según estudios médicos, alrededor del 1-3% de la población general presenta síntomas de hernia discal. Estas cifras resaltan la relevancia global de la afección. Adoptar medidas preventivas, como mantener un estilo de vida saludable y cuidar la postura, puede ayudar a reducir el riesgo de hernia discal.

Identificando los síntomas de la hernia discal

Aunque los síntomas de la hernia discal pueden variar, existen ciertos signos comunes que facilitan su identificación. En general, la hernia discal puede manifestarse como un dolor agudo o ardiente que se irradia hacia las extremidades como los brazos o las piernas, según la localización específica de la hernia. La intensificación del dolor al toser, estornudar o moverse en ciertas posiciones puede ser una pista de la existencia de esta afección.

Dolor en la espalda y las piernas

 

 

Uno de los síntomas más comunes de la hernia discal es el dolor en la parte baja de la espalda. Este dolor puede irradiar a las glúteos, muslo, pantorrilla y, en ocasiones, hasta el pie. Si el dolor asociado con la hernia discal lumbar es generalmente más agudo al toser, sentarse, y puede variar en intensidad, siendo menos pronunciado al caminar que estando parado quieto.

Debilidad muscular

 

 

Otro indicativo común de la hernia discal es la debilidad muscular. Esta debilidad puede manifestarse como:

  • una disminución de la capacidad para realizar actividades cotidianas
  • una menor fuerza al caminar o subir escaleras
  • dificultades para sostener o levantar objetos.

Los pacientes que experimentan debilidad muscular debido a la compresión nerviosa pueden sufrir caídas frecuentes o sentir que sus piernas ceden, lo que impacta su estabilidad y movilidad.

Pérdida de sensibilidad y hormigueo

La pérdida de sensibilidad, también conocida como entumecimiento, y el hormigueo son otros síntomas comunes de la hernia discal. Estos síntomas se irradian a la parte del cuerpo conectada a los nervios afectados. Específicamente, el hormigueo causado por la hernia discal puede sentirse en la pierna, alguna parte del pie o en el glúteo, especialmente si la hernia está entre las vértebras L5 y S1.

Factores de riesgo y causas de la hernia discal

 

Spine anatomy and degeneration

 

Existe una variedad de factores que pueden originar la hernia de disco. Las causas comunes incluyen:

  • El proceso de envejecimiento y la degeneración natural del disco, conocida como degeneración discal, debido a la pérdida de flexibilidad y la mayor susceptibilidad a la rotura a medida que uno envejece.
  • Llevar un peso excesivo, que pone presión adicional en los discos de la columna lumbar.
  • Fumar, que puede reducir el suministro de oxígeno a los discos intervertebrales y contribuir a su degeneración acelerada.

Envejecimiento y degeneración natural

A medida que envejecemos, los discos intervertebrales se desgastan y pierden elasticidad, lo que puede resultar en la formación de un disco herniado, especialmente en las personas mayores. Además, la disminución de la densidad ósea y la pérdida de masa en las vértebras en ancianos pueden aumentar la presión sobre los discos, contribuyendo a la herniación discal.

Lesiones y esfuerzos físicos excesivos

 

 

La aparición de hernias discales también puede estar influenciada por lesiones y esfuerzos físicos. La práctica excesiva de deportes puede sobrepasar los límites físicos y causar lesiones que eventualmente podrían derivar en hernias discales.

Además, las caídas o los golpes directos en la espalda representan eventos traumáticos que, aunque poco comunes, pueden ser causa directa de una hernia discal; por lo tanto, es importante tomar precauciones para evitar accidentes de este tipo.

Predisposición genética

Finalmente, la predisposición genética puede ser un factor de riesgo para desarrollar hernias discales en algunas personas. Ciertas condiciones genéticas pueden influir negativamente en la calidad y resistencia de los discos intervertebrales, aumentando el riesgo de hernias discales. Es posible que estas condiciones genéticas sean responsables de la debilidad en los discos intervertebrales.

Diagnóstico de la hernia discal

Reconocer los síntomas de la hernia discal solo constituye el primer paso hacia su diagnóstico. A menudo, se necesita un examen físico y pruebas de imagen para obtener una visión más detallada y determinar qué nervios están afectados.

En raras ocasiones, una hernia discal no presenta síntomas notables y su diagnóstico se realiza de manera incidental durante la realización de pruebas por otros padecimientos.

Examen físico

El diagnóstico de la hernia discal se fundamenta en gran medida en el examen físico. Durante este examen, el médico evalúa la sensibilidad y movimiento de las piernas, y realiza un examen neurológico que incluye checar reflejos, fuerza muscular y sensaciones en el paciente.

La observación de la postura y la marcha del paciente también contribuye a identificar alteraciones que pueden sugerir la presencia de una hernia discal.

Pruebas de imagen

 

 

Las pruebas de imagen permiten obtener un detalle más preciso de la columna vertebral y determinar cuáles nervios se encuentran afectados. La resonancia magnética es la prueba más frecuente para diagnosticar hernias discales debido a su alta precisión en la discriminación de tejidos.

Por otro lado, la tomografía computarizada proporciona imágenes transversales de la columna vertebral y es particularmente útil para detectar si múltiples hernias de disco están presionando la médula espinal o los nervios.

Tratamientos para aliviar el dolor

Aunque el diagnóstico de hernia discal puede ser alarmante, la mayoría de los casos evolucionan favorablemente sin requerir intervención quirúrgica. Los tratamientos conservadores, que incluyen medicamentos, fisioterapia y cambios en el estilo de vida, son a menudo la primera línea de tratamiento para los pacientes con hernia discal.

Osteopatía o Quiropráctica

Otro elemento significativo del tratamiento conservador para la hernia discal es la osteopatía o quiropráctica. Estas terapias recomendadas por profesionales de la salud se utilizan para aliviar el dolor de una hernia discal y corregir la causa de base. Debe ser un tratamiento personalizado basado en una evaluación integral por el especialista.

La recomendación del especialista hará énfasis en el fortalecimiento de los músculos centrales y de las caderas, los cuales son esenciales para sostener la columna vertebral y prevenir más lesiones.

Cambios en el estilo de vida

Más allá de los medicamentos y la terapia, los cambios en el estilo de vida son fundamentales para gestionar y prevenir el dolor originado por la hernia discal. Mantener una buena postura y un estilo de vida activo son cambios esenciales para aliviar el dolor y prevenir futuras hernias discales.

Además, mantener un peso corporal saludable disminuye la carga y presión sobre la columna vertebral, siendo un factor clave para reducir la probabilidad de sufrir hernias discales o empeorar las existentes; sin embargo, es importante recordar que mantener un peso adecuado es solo una parte de un enfoque integral para cuidar la columna vertebral.

 

Cirugía para la hernia discal: ¿Cuándo es necesaria?

Si bien los tratamientos mencionados anteriormente son la primera opción para tratar la hernia discal, en algunos casos, la cirugía puede ser necesaria.

La cirugía para una hernia discal es considerada cuando los tratamientos realizados no son suficientes para aliviar los síntomas y se presenta una correlación clínico-radiológica que justifica el procedimiento.

Sobre la prevención como factor principal

Es crucial enfatizar la prevención en el caso de la hernia discal debido a la naturaleza debilitante y dolorosa de esta condición. Adoptar medidas preventivas no solo puede reducir la probabilidad de desarrollar una hernia discal, sino también prevenir la agravación de los síntomas que ya están presentes y representan un riesgo.

La prevención no solo beneficia a aquellos que aún no han experimentado una hernia discal, sino que también es crucial para quienes ya padecen esta condición. Adoptar medidas preventivas puede ayudar a evitar la progresión de la hernia discal, mejorar la calidad de vida y reducir la necesidad de intervenciones médicas invasivas.

Prevención de futuras hernias discales

Es fundamental no solo tratar y manejar los síntomas de la hernia discal, sino también tomar medidas preventivas para evitar futuras hernias. Algunas medidas preventivas incluyen:

  • Practicar deporte moderado
  • Realizar estiramientos
  • Mantener una buena postura al sentarse y al levantar objetos pesados

Además, el proceso de degeneración discal se puede prevenir con una actividad física adecuada y manteniendo posturas correctas a lo largo del tiempo.

Ejercicio y fortalecimiento

Para prevenir futuras hernias discales, el ejercicio y el fortalecimiento muscular son elementos indispensables. Algunos ejercicios y estiramientos específicos para fortalecer los músculos del abdomen y la espalda son:

  • Plancha abdominal
  • Elevación de piernas
  • Puente de glúteos
  • Estiramiento de espalda

Además, el ejercicio regular y el calentamiento adecuado antes de ejercer esfuerzos, son fundamentales para prevenir lesiones y tensiones en la espalda.

Técnicas adecuadas para levantar objetos

La manera en que levantamos objetos puede influir considerablemente en nuestro riesgo de desarrollar hernias discales. Utilizar la fuerza de las piernas al levantar objetos pesados en lugar de la espalda puede reducir significativamente el riesgo de desarrollar hernias discales. Además, evitar movimientos de torsión y giros anormales de la columna al levantar objetos puede prevenir lesiones discales.

En Resumen

Hemos navegado a través del enigma de la hernia discal, desde la identificación de sus síntomas hasta las diversas opciones de tratamiento y prevención. Es fundamental recordar que, aunque la hernia discal puede causar dolor y malestar, existen numerosas estrategias de manejo y prevención para ayudar a aliviar los síntomas y mejorar la calidad de vida. Y aunque puede ser un viaje desafiante, con la información y el apoyo adecuados, es un viaje que se puede hacer con éxito.

Adoptar un enfoque integral, que incluya mantener un peso saludable a través de una dieta equilibrada y ejercicio regular, contribuye significativamente a reducir la presión sobre los discos intervertebrales. La práctica de una buena postura en todas las actividades diarias, especialmente al levantar objetos pesados, minimiza la tensión en la columna.

Evitar el tabaco, que debilita los discos, y asegurar un entorno de trabajo ergonómico son pasos adicionales clave. Manejar el estrés con técnicas como la meditación complementa estas medidas preventivas. Es crucial consultar con un profesional de la salud para personalizar estrategias preventivas según las necesidades individuales.

Preguntas frecuentes

 

 

¿Dónde duele cuando hay una hernia discal?

Cuando hay una hernia discal, puede experimentar dolor en la espalda junto con dolor, entumecimiento o debilidad en el brazo o la pierna. También podría sentir entumecimiento u hormigueo en las piernas, glúteos, muslos, pantorrillas o pies.

¿Qué no se debe hacer cuando se tiene una hernia discal?

Cuando se tiene una hernia discal, se debe evitar realizar actividades extenuantes durante la recuperación, así como ejercicios que provoquen dolor o empeoren la condición del disco, como las rotaciones del tronco o las hiperextensiones de la columna lumbar. Evitar también los ejercicios de isquiotibiales si experimentas ciática.

¿Cómo bajar la inflamación de una hernia discal?

Para bajar la inflamación de una hernia discal, es importante descansar durante un corto período, tomar medicamentos antiinflamatorios y realizar terapia física para reducir el dolor y la inflamación.

¿Qué pasa cuando se tiene una hernia discal?

Cuando uno tiene una hernia discal, el disco puede irritar o comprimir un nervio, lo que puede provocar dolor, entumecimiento o debilidad en el brazo o la pierna. Esta lesión puede surgir por desgaste o lesión, y puede causar presión sobre uno o más nervios raquídeos.

¿Qué causa el dolor en la hernia discal?

El dolor en la hernia discal puede ser causado por la presión de un disco herniado sobre las raíces nerviosas de la columna vertebral, lo que provoca un dolor agudo o ardiente que se irradia hacia las extremidades.

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